viernes, 31 de marzo de 2017

Si eres jefe o padre te interesa conocer esto: El efecto Pigmalión


En una historia de la mitología griega donde el rey y escultor Pigmalión se enamora de una de sus creaciones a la que llama Galatea, fue tal el amor que la profesaba que su sueño era que cobrase vida, la vestía e iba a visitar todas las noches, trababa a la escultura casi como si fuera de carne y hueso, hasta que un día la diosa Afrodita hizo realidad su deseo y Galatea se convirtió en una mujer real.

En verdad el efecto Pigmalión es el nombre que se da a lo que en psicología llamamos la “realización automática de predicciones” o la “profecía que se cumple a sí misma”, aquello en lo que crees se convierte en realidad.

Es curioso que un recurso psicológico tan básico no se aplique con más frecuencia tanto en la educación de los niños como en el mundo de la empresa, lugares propios donde optimizar resultados, en los cuales subyacen relaciones de cierta dependencia, que es donde se puede producir de mejor manera este efecto dado que las opiniones de padres, profesores o jefes tienen una gran influencia sobre hijos, alumnos o empleados.




Existen muchos experimentos sobre el efecto Pigmalión, los más destacados son los realizados por los psicólogos Rosenthal y Jacobson en aulas, donde según la información que los profesores reciben sobre las capacidades de sus alumnos se provoca que les den un trato determinado durante el curso influyendo en sus resultados finales. Si se les informa de que algunos alumnos tienen un intelecto superior (teniendo toda la clase un potencial similar) curiosamente son los que mejores notas terminan sacando. Os dejo un video con el experimento que te aclarará como se produce esta “magia”.


Este efecto Pigmalión puede tener consecuencias negativas o positivas, dependiendo del uso que le des.



 PADRES

Si eres padre y te pasas el día diciéndole a tu hijo frases del tipo  “que mal te portas siempre”, “mira que bruto eres”... estás aplicando el lado negativo, mellando su autoestima e inculcándole creencias limitantes que le acompañaran durante toda su vida; Terminará asimilando que es malo, torpe o bruto y aunque no lo sea su comportamiento así lo mostrará porque es lo que se cree y se espera de él.

En cambio, si tienes fe en tu hijo y se lo demuestras tanto con palabras como con hechos potenciarás sus cualidades reforzando su confianza, las actitudes positivas, sembrando en él equilibrio emocial;  ten en cuenta que aquello en lo que te centras crece, en cualquier ámbito de la vida.



JEFES

Lo mismo siendo jefe, si solo resaltas los aspectos negativos de tus empleados o colaboradores menoscabas su seguridad en sí mismos potenciando que la situación que pensabas mejorar con tus críticas o sugerencias no solo no mejore sino que vaya a peor. Piensa que para dar una crítica constructiva que pueda sentirse como negativa antes, al menos ,debes hacer dos positivas a modo de colchón.

La creencia sobre las habilidades de tus empleados ejercen un impacto directo sobre su rendimiento. Si un superior cuestiona continuamente las capacidades y el trabajo de un colaborador, efecto Pigmalión negativo, su actitud terminará siendo indiferente y su desmotivación cada vez mayor. Con lo que si mides el rendimiento de un equipo podrás ver el reflejo de las creencias de su jefatura.

Lo podríamos resumir todo en que si quieres que algo salga bien o un acontencimiento o conducta se enfoque hacia un camino determinado debes creer en que así será, de esta forma todo lo que pienses, digas o hagas apoyara y acompañará a la consecución de este objetivo puesto que estás enfocado en ello, en construir no en destruir, porque para que el efecto Pigmalión se cumpla se deben dar tres aspectos ineludiblemente: creer firmemente en un hecho, tener la expectativa de que se va a cumplir y acompañar con mensajes y/o actos que animen su consecución, es como la magia aparecerá.