miércoles, 31 de enero de 2018

Mueres lentamente o vives?





Casi todos los artículos de este mes que circulan tratan sobre los nuevos propósitos y renovación de objetivos, en esta ocasión, dado que entiendo que cualquier fecha es importante para ello, aunque se aprovechen las marcadas como notorias para potenciar la motivación, me voy a limitar a dejaros un poema con mucha miga el cual deseo os llegue al corazón como una pequeña descarga para vivir con pasión.

Este poema está atribuido por la gran mayoría de los cibernautas a Pablo Neruda pero al parecer, según la Fundación Pablo Neruda, no es del autor chileno sino de una escritora brasileña llamada Martha Medeiros. Internet es fuente de mucha información y a veces este tipo de confusiones se pueden dar puesto que todo el mundo opina y en ocasiones el que escribe no se documenta correctamente o lo hace con fuentes ya erróneas. Desde aquí mi enhorabuena a Martha Medeiros por esta creación tan bella y certera, y a pesar de que no se la haya reconocido como autora en todo este tiempo, le quedará el gran orgullo de haber sido comparada hasta tales dimensiones con el gran, y admirado por mi, Pablo Neruda.



MUERE LENTAMENTE

Muere lentamente quien se transforma

en esclavo del hábito, repitiendo todos los días

los mismos trayectos, quien no cambia de marca,

no arriesga vestir un color nuevo

y no le habla a quien no conoce.

Muere lentamente quien hace de la televisión su gurú.

Muere lentamente quien evita una pasión,

quien prefiere el negro sobre blanco

y los puntos sobre las “íes” a un remolino de emociones,

justamente las que rescatan el brillo de los ojos,

sonrisas de los bostezos, corazones a los tropiezos

y sentimientos.

Muere lentamente quien no voltea

la mesa cuando está infeliz en el trabajo,

quien no arriesga lo cierto por lo incierto

para ir detrás de un sueño,

quien no se permite por lo menos

una vez en la vida, huir de los consejos sensatos.

Muere lentamente quien no viaja,

quien no lee, quien no oye música,

quien no encuentra gracia en sí mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio,

quien no se deja ayudar.

Muere lentamente, quien pasa los días

quejándose de su mala suerte o de la lluvia incesante.

Muere lentamente, quien abandonando

un proyecto antes de iniciarlo,

no preguntando de un asunto

que desconoce o no respondiendo cuando le

indagan sobre algo que sabe.

Evitemos la muerte en suaves cuotas,

recordando siempre que estar vivo

exige un esfuerzo mucho mayor que

el simple hecho de respirar.

Solamente la ardiente paciencia hará

que conquistemos una espléndida felicidad.

Aunque este post lo publico ya casi a finales de enero aprovecho para felicitarte el nuevo año y desear que en 2018 seas tan feliz que no sepas si vives o sueñas.